28 Ene CAMBIO LABORAL: la reinvención del perfil

El planteo se inicia con un “quiero”…

  • hacer un giro en mi profesión
  • mejorar mi horizonte de posibilidades
  • buscar metas y objetivos más desafiantes

La idea de hacer un cambio laboral e iniciar un rumbo distinto se cruza por nuestra mente. Llegar a concretarlo, iniciar este camino, está fuertemente atado al nivel de motivación y energía para apretar el pedal de arranque.

Los motivos que impulsan a tomar la decisión pueden ser diversos: mejores condiciones de empleo, el deseo de hacer un cambio a nivel personal, aspiraciones de crecimiento profesional o bien insatisfacción en el trabajo y varios otros disparadores más.

De un lado acecha el fantasma del riesgo a perder la seguridad y lo conocido. Del otro, tenemos la perspectiva de hallar un trabajo que nos genere mayor satisfacción, mayor sentido de realización.

Lo cierto es que existe una inquietud y una incógnita a resolver.

Es una oportunidad. Cómo hacer? Qué hacer? Empecemos por el primer paso.

Reinventarse

En primer lugar, es preciso reinventarse.

Cuál es mi proyecto? Cuál es el campo o área hacia el que quiero dirigirme?

En el proceso de revisión de nuestro perfil entra en escena la perspectiva del trabajo esperado, de la profesión deseada, de las posibles satisfacciones y sentidos de logro que pudiera aportar a nuestra vida. Y al mismo tiempo clarificar qué es lo que queremos.

A partir de allí reinventemos el perfil aspirado, a partir de nuestras fortalezas y destrezas. Y de las experiencias capitalizadas.

Redefinir el perfil profesional, no es inventar un perfil nuevo, no. Es definir un perfil conectado con lo nuevo que nos interesa, nos apasiona, en el punto de encuentro con nuestros deseos y aspiraciones.

Y su contraparte: averiguar si hay demanda para este nuevo perfil en el mercado, o si podemos dedicarnos a este nuevo proyecto, porque la satisfacción no se alcanza sólo con el “hacer lo que me gusta” sino con el vivir de “lo que me gusta”.

O sea que el paso siguiente es investigar. Enfocarnos en la profesión-objetivo, o en el campo-objetivo, en la realidad laboral y evaluar qué necesitamos completar, en términos de aptitudes o conocimientos, para estar en condiciones de iniciar el camino del cambio.

Eso implicará abandonar todo aquello que sabemos, que hemos atesorado en nuestra práctica profesional ? No, de ningún modo.

Los recursos desarrollados durante la trayectoria profesional son parte del capital a transferir al nuevo campo de acción. Innumerables ejemplos tenemos de personas que han encarado un giro de 180 grados en su esquema laboral y sin embargo, siempre comentan acerca del valor de los conocimientos en uso y lo importantes que fueron en su nueva actividad.

Muchas veces es posible dar un giro dentro de nuestra profesión, ingresando en un nuevo campo o en una nueva práctica, o en otros casos, buscar nuevos horizontes en otro sector, industria o servicios.

O, si es muy fuerte la inclinación por otro camino, volcarse a él. Eso sí, lo previo es una buena indagación del terreno. De las condiciones del mercado.

En cualquiera de estos casos, la indagación se vuelve una tarea impostergable. Es preciso dedicarle tiempo, fuerza y cautela. Evaluar los pros y los contras de involucrarse en un proceso de cambio.

Sabemos adónde queremos ir? Cómo es estar en ese nuevo campo? Qué demanda? Que perspectivas tiene? Que know how o que nuevos conocimientos requiere?

Uno de los grandes desafíos para quienes buscan incorporarse al mercado laboral es su capacidad para ser “empleable”.

Esto que significa? Lisa y llanamente estar en sintonía con el mundo laboral, con su demanda de calificaciones y competencias para responder a las necesidades de una sociedad que evoluciona. Para ello se necesita flexibilidad para incorporar lo nuevo y una apertura al aprendizaje en forma continua.

Lo que sigue es formular una estrategia. Ese será el paso siguiente.

 

 

 

 

 

 

 



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